- Historia escrita por Nate Tarter y traducida por Cecilia Gonzalez
Durante las dos semanas en Haití aprendimos más de lo esperado. Disfrute una historia breve de un aspecto de nuestro trabajo allá:
Los equipos médicos trabajaron duro conjuntamente con los doctores y enfermeras de la clínica y nosotros los que no teníamos entrenamiento en el área de salud encontramos trabajo en las montañas de suministros médicos que siguen llegando como donaciones después terremoto.
Después de familiarizarnos un poco con el campus de la misión, conocimos a Dr. Lex (no es su nombre real) el administrador de la clínica, un Haitiano robusto, un doctor y administrador entusiasta con una voz fuerte y una sonrisa amable quien pasa muy ocupado y no tiene miedo de ensuciar sus manos con trabajo pesado a pesar de que usa camisa y corbata cada día en la clínica. Mientras caminábamos con él a través de la tienda de suministros, Nate le preguntó "¿Qué podemos hacer para ayudarle?" pero Dr. Lex no respondió claramente sino que dijo que hagamos lo mejor que podamos en organizar los suministros médicos. Nate insistió "Estamos aquí para servirle, díganos qué quisiera que hagamos en estas dos semanas". Tuvimos que convencerlo que de hecho no queríamos hacer lo que mejor nos pareciera (como muchos grupos visitantes lo hacen) y finalmente Dr. Lex sonrió de oreja a oreja y le dio a Nate un fuerte apretón de mano y le dijo "¡Ajá, así me gusta, usted me cae muy bien!"
Fue un gran paso adelante, porque nos dijo realmente cómo le podíamos ayudar. Analizando la montaña de suministros sin clasificar en cajas de todo tamaño una encima de otra, unas aplastadas, deformadas, mojadas y mohosas, Dr. Lex nos dijo que le molestaba mucho saber que hay valiosos suministros para la clínica, pero sin saber con claridad qué o cuánto tenía. "Quiero que empiecen aquí" nos dijo, dirigiéndose a una pila de cajas a medio empacar, "Quiero saber exactamente qué y cuánto tengo aquí".
Con esa una nueva dirección, empezamos a clasificar y contar junto con un trabajador de la clínica y encontramos de todo: curitas, equipo para neurocirugía, sabanas, medicamentos-suficientes suministros para un hospital. Clasificamos, etiquetamos, acomodamos y distribuimos cajas a la clínica de acuerdo a la necesidad.
Así mismo generamos una gran pila de basura: equipo médico y medicamentos expirados. Si el gobierno inspecciona y encuentra algo expirado en los estantes, la clínica puede ser clausurada. Es una medida extrema dadas las circunstancias del país, pero también comprensible porque la gente de Haití debe estar cansada de recibir las cosas que no le sirven a otros. De hecho, encontramos cosas expiradas desde el 2003 y 2004 y el record fue 1993! En fin, Dr. Lex estaba complacido con nuestro trabajo cuando le contábamos el progreso. Después de dos semanas a full sudor en la tienda invernadero, terminamos de organizar cada una de las cajas en la pila y utilizamos un sistema simple de inventario que nos inventamos para que Dr. Lex sepa qué tiene, cuánto de cada cosa y dónde puede encontrar los suministros.
Trabajamos un poco y pensamos que hicimos un buen trabajo, pero no supimos su significancia hasta que Dr. Lex en el último día después del almuerzo nos hizo sentar en el único cuarto con aire acondicionado para agradecernos personalmente. Nos contó que por lo general él no se toma el tiempo para agradecer a los equipos a-corto-plazo, excepto a uno después del terremoto y a nosotros. Dijo que nunca va olvidar que no sólo fuimos a trabajar, pero que quisimos ayudar en lo que él necesitaba y que hicimos un buen trabajo. Dijo que no nos va a olvidar y nos invitó a regresar pronto con un giño y una expresión en su rostro que parecía tener la certeza de que sí regresaríamos pronto. Nunca nos olvidaremos de esa conversación porque nos enseño el valor de ser humilde y ser un siervo de corazón.
Un epílogo de esta historia corta:
Una noche durante la cena al hablar con nuestros compañeros de equipo acerca del trabajo en la tienda de suministros, los doctores y enfermeros contaban acerca de su trabajo salvavidas con los pacientes en la clínica y alguien mencionó un verso bíblico que nos hizo carcajear:
"Del botín participan tanto los que se quedan con los suministros como los que van a la batalla. Todos lo compartirán". I Samuel 30:24
Nos pareció un pensamiento apropiado para resumir nuestra estadía en Haití: doctores, enfermeros, americanos, haitianos y todos los demás, todos compartimos y recibimos la misma recompensa-el sentimiento gratificante de haberse dado uno mismo para el servicio de los demás.
El fruto de nuestra labor en la tienda de suministros: orden después de caos.
Un compañero ayudando a una paciente a caminar con su nueva prótesis.
Encontramos en los suministro pantalones de talla XXXX-Extra grande
Corto viaje por las montañas de Haití en la "limo"
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