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Thursday, April 1, 2010

Un pedacito de mi corazón siempre estará en Ecuador

¡Nate (se pronuncia Neit) y yo volaremos al Africa Occidental en tres meses y medio y mi corazón palpita más rápido sólo de pensarlo! Yo he llorado muchas veces al mirar video acerca la gente bella del Africa porque quería estar en el otro lado de la pantalla con ellos. Pero así como la emoción de ir al Africa de hace más grande, también siento tristeza al saber que estaremos tan lejos de nuestras familias y amigos. ¡Cómo me gustaría poder tomar un bus (aerobus :) y visitar a mi familia en Ecuador los fines de semana!

Desde hace unas semanas, he sentido un deseo grande de visitar Ecuador una vez más antes de empezar nuestro trabajo en Africa con Naves de Esperanza. Estabamos orando acerca de esto con mi esposo y recordamos que ibamos a recibir un cheque que extrañamente no le habían pagado un año atrás y la cantidad era la misma del costo de dos pasajes de ida y vuelta a Ecuador.
¿Pueden adivinar lo que estoy tratando de decir? ¡Siiiií! ¡Nos vamos a Ecuador!
El Rey David tenía razón cuando escribió "Deleítate en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón" (Salmos 37:4). ¡Dios es bueno!

Hay otro deseo en mi corazón con respecto a mi gente en Ecuador. Les voy a contar acerca de Dulce Refugio:

Dulce Refugio es el nombre de mi iglesia en Quito, Ecuador. Me encanta estar en Dulce Refugio, especialmente en los días cuando 270 chicos y chicas (edades de 3 a 18 años) van a pasar tiempo con sus "Tías y Tíos" quienes les ayudan con su tareas escolares, les preparan el almuerzo, juegan con ellos, les sanan sus heridas, y les enseñan la Palabra de Dios y su amor por ellos. Admiro mucho a los que trabajan con Dulce Refugio. Aman tanto a los niños: en palabra y acción. Y los niños son una algarabía.

Dulce Refugio a la hora del almuerzo

Los Tíos juegan con los niños después de hacer las tareas

A continuación un video producido en el 2009 acerca de Dulce Refugio para invitar a nuestros amigos de Ithaca, Nueva York, a visitar Ecuador el julio pasado. Fuimos con un grupo de siete personas con trece maletas llenas de útiles escolares, medicinas, ropa, Biblias y 9 laptops. ¡Gloria a Dios! Fue una experiencia inolvidable.



Una imagen dice más que mil palabras, no se diga un video. Espero que hayan notado la condición del establecimiento donde los niños van a recibir ayuda y cariño: está en muy mala condición y es muy pequeño. Actualmente, Dulce Refugio está construyendo un edificio de cuatro pisos para aulas, una clínica, un laboratorio de computación, una cocina, un santuario e incluso una cancha en la terraza donde los niños pueden jugar. El sueño de Dulce Refugio es poder servir a 500 niños y niñas y tener un Centro de Desarrollo Integral donde ellos pueden estudiar y recivir ayuda en el área física, emocional y espiritual.


Representation 3-D del edificio

Construcción actual: fundación y columnas de la planta baja

Un proyecto así costaría más de un millión de dólares acá en los Estados Unidos, pero en Ecuador sólo cuesta una décima parte en comparación. La diferencia por supuesto es que en Ecuador es muy difícil reunir cien mil dólares y sin la ayuda de Dios sería imposible. Mi deseo es ver el edificio terminado este año y recién supe que la iglesia está orando por lo mismo, por fé. Yo he visto su disposición, trabajo esforzado y amor para con lo niños. Y no se dan por vencidos. ¡Cómo quisiera poder ayudar a que este deseo de completar la construcción este año se haga realidad!

Por favor, únanse en oración por esta necesidad. Esto es algo que Dios ha puesto en mi corazón. Por favor, también oren acerca de cómo pueden ayudar, talvés financieramente o compartiendo acerca de Dulce Refugio con sus amigos e iglesias. Nos encantaría recibirles en Ecuador y que visiten Dulce Refugio con el deseo de ayudar. Vamos a estar en Quito del 4 al 18 de Mayo. Para más información pueden llamarme a mi  celular en los Estados Unidos 001-607-342-5038.
Que Dios les bendiga abundantemente en todo sentido y que puedan ser una bendición para muchos.

-Cecilia

"Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido. Ante ti, somos extranjeros y peregrinos, como lo fueron nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son sólo una sombra sin esperanza. Señor y Dios nuestro, de ti procede todo cuanto hemos conseguido para construir un templo a tu santo nombre. ¡Todo es tuyo! Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas. Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti".
-1 Crónicas 29:14-18